domingo, 25 de mayo de 2008

Hacia los confines del mundo

Quienes no se arriesgan jamás; quienes solo se embarcan con buen viento; quienes se ponen al pairo ante la proximidad de tierra, aunque les falte todavía un día de navegación; y quienes posponen incluso las labores más urgentes hasta poderlas realizar en condiciones fáciles y seguras son, sin duda, individuos extremadamente prudentes. Pero no se parecen en absoluto a los oficiales cuyos nombres no se olvidarán mientras Inglaterra tenga una Armada.Vicealmirante Robert FitzRoy
(1805 - 1865)




Hace varios meses, durante una visita familiar al Museo de la Ciencia de Barcelona, me tope con el libro de Harry Thompson "Hacia los confines del mundo". Sin saber absolutamente nada del autor, y aun arriesgo que se tratase de una recopilación de argumentos científicos y hechos históricos difíciles de asimilar, decidí no reprimir mi impulso inicial y comprar el libro. Ya en la caja el dependiente de la tienda del museo me felicito por la elección y me aseguro que disfrutaría con su lectura. He de reconocer que el libro estuvo un par de meses dando vueltas por los diferentes muebles de mi casa, sus 823 páginas hacían difícil encontrar el momento idóneo para iniciar esta aventura. Pero cuando por fin me puse “manos a la obra”, no pude dejar de pensar en las acertadas recomendaciones del cajero.


El 27 de Diciembre de 1831 zarpa del puerto Deventport el Beagel, un pequeño barco planero capitaneado por el joven Capitán Robert Fitzroy. Aunque el principal objetivo de la expedición es concluir la cartografiar de las costas de la Tierra de Fuego, Fitzroy pretendía concluir un proyecto personal: Devolver a su lugar de origen a tres fueguinos que, tras ser trasladados y educados en Inglaterra, tendrían que ser la semilla de la “civilización” en ese rincón de la tierra.


Casi a última hora, y a pesar de que la expedición ya contaba con un naturalista oficial, Fitzroy admite a bordo del Beagel a un joven aspirante a clérigo llamado Charles Darwi. A demás de a los peligros y aventuras que conlleva la exploración de regiones desconocidas para el hombre “civilizado”, ambos se verán obligados a enfrentarse a sus propias creencias religiosas y al “orden natural de las cosas” que prevalecía en la sociedad del siglo XIX.

Este libro reúne dos cualidades que, para mí como modesto aficionado a la novela histórica, me apasionan: Un emocionante relato del épico viaje a los confines del mundo conocido, y la descripción de los hechos históricos que cambiaron para siembre la visón que el hombre tenia del mundo.

Ficha:
  • Titulo: Hacia los confines del mundo
  • Autor: Harry Thompson
  • Editorial: Ediciones Salamandra S.A.
  • ISBN: 978-84-9838-0898-9

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico libro, Joan, estoy de acuerdo contigo. Tanto, que después de leerlo he comprado y leido otros sobre el mismo tema. Te recomiendo la Biografía de FitzRoy, titulada "FitzRoy, capitán del Beagle", de John y May Gribbin, publicada en la editorial Juventud. No es novela histórica, pero complementa muy bien lo aprendido en Los confines del Mundo. Un saludo desde Caravaca (Murcia): Carlos Díaz

Anónimo dijo...

Gracias por la recomendación, lo buscare. A mi estos temas me apasionan.

Aprovecho para recomendarte también "Atrapados en el hielo" que narra la odisea del capitán Shackleton en la Antartida. Y "El ultimo lugar de la tierra" que relata la carrera hacia el polo Sur entre Scott y Amundsen.

Anónimo dijo...

Hola Joan:

He leido ambos libros y, en consecuencia, Shakleton y Admunsen forman parte de mis dioses personales. Me alegra ver que comparto contigo este interés. En mi particular olimpo, está también la gesta naútica del capitan Bligh, muy bien noveladas en la trilogía de la Bounty, de Muchnik editores, o en la última novela de John Boyne (el autor de "El niño con el pijama de rayas") titulada "Motín en la Bounty" (ed. Salamandra). Si quieres una versión más "histórica" o documentada tienes el libro "La Bounty", de Caroline Alexander (ed. Planeta). En ellos se aprende cómo las cosas, en aquel famoso motín, no ocurrieron tal como quedaron inmortalizadas en la película "Rebelión a bordo", pero claro, Marlon Brandon es Marlon Brandon y, además, todos fantaseamos con quedarnos a vivir con las polinesias en un paraíso del pacífico.
Gracias por visitar mi blog y buen viaje si vas a Atacama.
Carlos